Un día, un café
En estos días tuve un encuentro fortuito con alguien del pasado. Ese tipo de personas que piensas que si hubieran seguido en tu vida, ésta seria totalmente diferente.
Ese día me encontraba triste, apática, desmotivada, infeliz, presa de la rutina con las alas cercionadas, dudando absolutamente de todo, poniendo todo en tela de juicio. Deambulaba por las calles de Madrid luego de hacer diligencias cuando la encontré y creo que todos estos pensamientos y sentimientos fueron detectados por ella solo al verme.
Pasada disimuladamente mi mala vibra con un chiste, nos sentamos a tomar un café y al dar un repaso por nuestras vidas para ponernos al día, como es natural después de tantos años sin vernos (básicamente estaba escuchándola hablar pues de mi, no sentía muchas ganas de contar) comencé a revaluar mi dialogo mental anterior.
Al escucharla me di cuenta que nos encontrábamos en el mismo punto de insatisfacción y no es que su vida haya ido mal, es que la mía tampoco.
Mientras hablaba, vi mi vida en conjunto, valoré lo hermoso de tener la familia que tengo, lo que hemos logrado a pulso y con esfuerzo, hasta donde hemos llegado, lo que he aprendido en nuestros reveses y la calidez que refleja cada una de las fotos mentales que conforman mis recuerdos, sintiéndome no solo agradecida sino a gusto por cada una de las decisiones que he tomado en el camino, buenas y malas.
¿Pero cual es la razón entonces de nuestra aparente insatisfacción? Viendo todo en perspectiva hay personas con problemas reales o mucho mas fuertes que los míos, o los de ella.
¿Porque nos sentimos como si nos faltara algo? Creo que llegados a esta edad (en la que nos encontramos), es normal replantearselo todo.
Ya no tenemos 20 años, ya no creemos que tenemos toda la vida por delante para estudiar o desempeñarnos en lo que queramos, ya lo hemos hecho. Ya no soñamos con príncipes o tener una familia, ya la tenemos. Ya no tenemos la misma energía y convicción de poder cambiar al mundo, porque sin darnos cuenta ya nos hemos mimetizado con él.
Vivimos el día a día inmersos en la rutina, una rutina que parece estar compuesta por una serie de acciones que nos generan infelicidad, lo vemos en las frases "estoy hastiada de hacer lo mismo" "la rutina esta matando nuestra relación", "mi trabajo es tan rutinario" "es que siempre es lo mismo...", nos sentimos en algunos casos, vacíos, melancólicos, sin razón aparente y no hay nada peor que esa sensación de estar desperdiciando la vida por no tener el valor o sentirse capaz de moldearla a la medida de nuestros deseos. De no saber como aprovechar nuestra existencia, de no ser capaces de ser feliz.
Algunos por tanto deciden enorgullecerse y alimentar su barriga cervecera, otros comer por ansiedad como si no hubiera un mañana abandonándose al sobrepeso, hay quienes tienen relaciones con personas jóvenes (veinteañeros) cual vampiros para recobrar algo de su juventud o a tener aventuras con múltiples chico(a)s como si estuvieran coleccionando estampillas, consumir drogas o tomar a diario alcohol para evadir la realidad, vestirse ridículamente o irse de fiestas hasta el día siguiente aunque ya su cuerpo no aguante, para sentir algo de adrenalina y no tener la sensación de pasar de moda.
Me he encontrado con amigas que piensan que si hubieran seguido con la persona A, si hubieran terminado la carrera, si no hubiera tenido hijos, si se hubieran ido del país antes, las cosas serian diferente, pero ¿te has detenido a pensar, que quizás seria igual con otros protagonistas? ¿que quizás las cosas hubieran salido peor? ¿que quizás te seguirías sintiendo insatisfecha por no haber tomado el camino que realmente tomaste?.
No nos sigamos culpando por lo que no fue, no vivamos en el "si hubiera", quedémonos en el presente y dejemos sencillamente que suceda. Chica(o)s solo tenemos casi 40. Aun tenemos tiempo de hacer lo que nos plazca, solo debemos cambiar el cd de nuestro disco duro.
Ahora entiendo que ser feliz es un trabajo diario de observación consciente sobre cada una de nuestras decisiones y no depende de con quien estas, sino de aceptarte y vivir el presente con ganas.
Ser feliz es fácil, es animarse, es seguir adelante. Cada uno de nosotros puede convertir lo roto en una mejor versión de uno mismo, cada uno de nosotros podemos ser aún quienes queramos ser, nos queda tiempo.
Asi que entusiasmada con nuevos planes, termine el café con una sonrisa mientras pensaba: "hay que ver que a veces, dejamos que las pequeñas motas negras del lienzo, centren nuestra atención, opacando los colores que brinda el arte plasmado en él" así que ha expandir la vista chica(o)s. Le di los dos besos típicos en España y me fui en el coche hacia el atardecer, convencida de que mañana sera un nuevo día, ¡uno mucho mejor!
Saludos, nos vemos en la web.
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